Aprueban solicitud de declaratoria como Monumento Nacional a la Iglesia de Mamiña

La Iglesia San Marcos de Mamiña construida en 1632, fue declarada Monumento Nacional, tras la solicitud realizada por la Intendenta de Tarapacá, Claudia Rojas, junto a la comunidad y el alcalde de Pozo Almonte, Richard Godoy.

El 08 de enero, un incendio destruyó parte importante de la historia no solo del pueblo de Mamiña, sino de la región de Tarapacá. La mañana siguiente al siniestro, la Intendenta Rojas se reunió con los pobladores y la primera autoridad comunal para acordar las gestiones que iniciarían en pos de recuperar este tesoro arquitectónico. Entre ellas, lograr la declaración de Monumento Nacional de la iglesia y que, en un breve tiempo, fue realizada por el Consejo de Monumentos Nacionales.

IGLESIA

La primera construcción de Mamiña se edificó con fines religiosos. Probablemente, en un comienzo fue un pequeño oratorio de piedras, cañas y barro como techumbre, pero en el año 1632 se construyó el Templo San Marcos de Mamiña, sobre un pequeño afloramiento rocoso de liparita o pumita (piedra rosada); con tecnología local, utilizando minerales no metálicos, piedras, arcilla, barro, madera, pastos duros, moños de trigo con técnicas tradicionales locales como el adobe, el mortero de barro, techado de mojinete y trabajo de piedra canteada.

Se puede considerar una edificación bicomponente, pues se reutilizó un espacio de uso prehispánico con importancia simbólica para las comunidades originarias. Lo anterior, basado en que existió un cementerio prehispánico según se manifiesta en la oralidad local, además de evidencias descritas por pobladores sobre hallazgos en trabajos de mantenimiento a principios del Siglo XX y década de 1950.

El templo tiene tintes neoclásicos representados en su altar mayor y retablo. Se presume una ampliación en el período colonial tardío, el que pudo tener una orientación norte-sur, siendo sus naves o capillas actuales el templo original, y la actual entrada y retablo, una ampliación.

La Iglesia de Mamiña es testimonio del encuentro temprano entre las culturas originarias y los colonizadores españoles, que derivó en una transformación cultural del mundo andino y sus espacios simbólicos en el ámbito religioso. También es un espacio donde la comunidad mantiene sus tradiciones vivas, sea por medio de la administración tradicional, en donde un fabriquero es el encargado de su conservación; y un alférez, que es el encargado de la organización de las fiestas o de la continuidad de la expresión de su fe en ellas.

Fuente: Monumentos.cl

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