Quince agricultores de las localidades de Pozo Almonte, La Tirana, Pintados y La Huayca, fueron certificados a través de la segunda etapa del “Nodo para la competitividad y fortalecimiento de la agricultura regional para la comercialización de hortalizas”, iniciativa financiada por Corfo y ejecutada por la Asociación de Industriales de Iquique a través del Centro de Gestión Empresarial de los Industriales (CGEI), y que además contó con el apoyo de Indap.
En la actividad de cierre de proyecto, estuvo presente el seremi de Agricultura, Fernando Chiffelle Ruff, quien valoró el desarrollo del programa de capacitación, precisando que los conocimientos adquiridos permitirán mayor competitividad en los mercados regionales y nacionales de los productores agrícolas del Tamarugal.
En el mismo plano, el director regional (i) de Corfo, René Fredes Ramírez, explicó que “el propósito de este nodo fue la incorporación de capacidades, herramientas y buenas prácticas. Asimismo, se orienta a la construcción de redes de apoyo y alianzas estratégicas con actores relevantes, lo que permitirá generar mayores oportunidades de crecimiento y desarrollo de la industria agrícola regional”.
Marcelo Páez Rojas, gerente del CGEI, destacó la ejecución de la Asociación de Industriales de Iquique, indicando que durante el desarrollo del programa les correspondió coordinar con las principales empresas mineras y proveedores de alimentos para diseñar en primera instancia un encadenamiento productivo agrícola minero, que apunta a organizar la oferta regional para satisfacer la demanda de los centros de alimentos en establecimientos mineros locales en el mediano y largo plazo.
En la ocasión realizó una presentación Ignacio Delfino, quien entregó elementos a los agricultores que les permitirán realizar una planificación estratégica para optimizar la gestión comercial y lograr una ruta coherente para ser competitivos ante las cadenas alimentarias.
En este segundo año de ejecución, el nodo desarrolló talleres de nivelación y sensibilización, preparando a los beneficiarios por medio de asesorías técnicas para alcanzar los patrones requeridos de un procedimiento de certificación que respalde los atributos de sus productos generados, legitimando el cumplimiento de sus estándares, además de incentivar el desarrollo económico local de la agricultura familiar campesina.