Historia

Iquique, ciudad puerto y capital de la región de Tarapacá, se ubica a 1.845 kilómetros aproximadamente de Santiago de Chile. Se emplaza sobre una terraza rocosa y – con un clima templado y carencia de lluvias – tiene una altura aproximada de 1,25 metros sobre el nivel del mar.

Ha tenido diversas denominaciones a lo largo de su historia, obteniendo su actual nombre a principios del siglo XIX. Puerto de Tarapacá, Icaiza, Ique-Ique o Nuestra Señora de la Concepción de Ique-que, fueron algunos títulos previos.

El significado del vocablo “Iquique” es igualmente variado. Investigadores locales hablan de su origen aymara: “sueño”, “lugar para dormir” y “cama”. Esto, debido a que los habitantes de la precordillera sufrían las consecuencias del cambio de altura entre la aldea y el puerto que los obligaba a dormir. Otros, también basándose en la lengua altiplánica, afirman que el nombre del puerto significa “acto de soñar o descansar”, metáfora inspirada en la gran cantidad de lobos marinos y de aves que se asentaban sobre roqueríos costeros.

De acuerdo al último Censo del año 2002, la población de Iquique es de 164.396 habitantes. Sin embargo, se estimaba que para el año 2010 la conurbación Iquique-Alto Hospicio, alcanzara los 264.419 habitantes.

Para los años 2015 y 2020, en el mismo proceso de actualización, se proyectó que habrá en ambas comunas, los siguientes habitantes:

Iquique:
198.123 habitantes (año 2015) – 203.439 habitantes (año 2020)

Alto Hospicio:    
112.142 habitantes (año 2015) – 145.285 habitantes (año 2020).

El área que conforma la actual región de Tarapacá, está ubicada en uno de los desiertos más áridos del mundo, condición que ha hecho el habitar en esta zona, un verdadero reto para los distintos grupos humanos que desde eras remotas, han convivido con su entorno.

A pesar de estas circunstancias geográficas, climáticas y ambientales, los diversos pueblos mantuvieron un equilibrio y armonía con la naturaleza logrando desarrollar sus culturas.

El transcurso de los siglos originó un proceso de evolución que convirtió a los pueblos nómades al sedentarismo, así es posible encontrar desde el siglo IV DC. al siglo XVI DC. a los aymaras en el altiplano, los changos en las zonas costeras, y la posterior expansión del imperio Inca que se origina en la Cordillera de los Andes peruana, extendiéndose hasta el territorio chileno.

Tres siglos después, a mediados del 1800, el extenso desierto rico en nitratos aportó gran prosperidad no sólo a la zona sino que al país. Las inversiones extranjeras contribuyeron a convertir a los puertos de Tarapacá en pujantes urbes que marcaron la época de esplendor del salitre.

La importancia de esta ciudad, que se define por sus ciclos económicos, radica en sus antecedentes históricos, ya que en sus costas tuvo lugar el Combate Naval de Iquique el 21 de mayo de 1879. Durante la segunda mitad del siglo XIX y la primera del siglo XX, fue un importante centro salitrero y, actualmente, se presenta como una importante región generadora de energías renovables no convencionales, comercial y turística.

El primer período comercial correspondió a la extracción de guano, siendo reemplazada más tarde por la explotación de minas de plata, mineral trabajado por los españoles en 1542. Luego, en 1830, se realiza el primer embarque de salitre con destino al extranjero, comenzando de esta forma el ciclo que traería apogeo y fortuna a la ciudad, así como también la primera gran relación con la economía mundial. Es en este momento cuando se construyen las avenidas del futuro y se consolida su estructura urbana para la actividad comercial y social.

Con el cierre de la última salitrera, “Victoria”, termina esa hermosa época y es reemplazada por los recursos pesqueros que el litoral iquiqueño ofrece a su población, alrededor del año 1960.

Todo el desarrollo económico sucedido en la ciudad trajo la construcción de hermosas casas y edificios destinados a diversas labores, que con el acontecimiento de dos terremotos y maremotos, en los años 1868 y 1877, casi se vieron acabados.

Luego, bajo la administración chilena, la caleta de Iquique pasa a ser puerto; una ciudad pujante, febril y cosmopolita.

Hoy, los últimos ciclos económicos que aún dan vida, riqueza y reafirman a la capital nortina, son la minería, la Zona Franca y el turismo, mientras que el tema energético gana un espacio importante dentro de la economía regional. Los centros urbanos también han cambiado, convirtiéndose el sector sur de la ciudad – donde se concentran los pobladores de las caletas pesqueras – en un potencial centro de desarrollo económico y habitacional.

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